jueves, 21 de enero de 2016

La insurrección de Cannes


Lelouch-Godard-Truffaut-Malle-Polanski

Citando el tema A Cannes de Carlos Berlanga:
…Y mi sitio está en la Croisette
Mientras observo a las starlettes
Y foco fijo sobre la baguette
Porque mi sitio está en Cannes…
Puede que el de Cannes no sea el festival de cine más antiguo, pero sin duda es uno de los más importantes. Este acontecimiento anual en la Croisette, en la Riviera francesa, ha cambiado el cine debido al número de películas fundamentales que se han presentado en él y los incontables acuerdos a los que se ha llegado en el mercado fílmico de Le Marché.
Los festivales tienen su origen en los cinéclubs y las asociaciones de cine que se formaron en Europa en la década de 1920, en respuesta al creciente predominio de Hollywood en el mercado mundial. Los cineastas de la época se centraron en clásicos de lengua francesa, documentales y obras experimentales; los movimientos vanguardistas pretendían convertir el cine en un arte y educar a un nuevo espectador para que respondiera a un nuevo cine.  En los países en vías de desarrollo, estas instituciones fueron a menudo la única salida para las películas nacionales. Además como muchos cinéfilos eran también aspirantes a dirigir películas, comenzaron a reunirse en conferencias internacionales para realizar proyecciones y organizar debates. De este modo, empezaron a difundirse las últimas innovaciones tecnológicas, teóricas y de estilo.
El Festival de Cannes
Noventa países se unieron para dar el primer paso importante hacia la creación de una cultura global del cine al organizar el Festival internacional de Cannes, que sigue siendo el mercado más grande y la parada más prestigiosa del circuito de exhibición cinematográfica. Los intentos anteriores que habían tenido lugar en Venecia fueron truncados por las presiones políticas de los regímenes de Italia y Alemania. Mussolini inauguró el Festival de cine de Venecia en 1932 para dar a conocer los logros de la industria cinematográfica bajo el régimen fascista. Cannes se intentó iniciar poco después, en 1939,  como reacción al hecho de que el jurado en el certamen italiano, por motivos políticos, pasara por alto La gran ilusión, obra pacifista de Jean Renoir y otorgara el gran premio de 1938 a Olympia, de Leni Riefenstahl. La retirada en señal de protesta de los representantes británicos, franceses y estadounidenses proporcionó el impulso necesario para que se convocara un encuentro fraternal “donde todos los países tuvieran la certeza de que habría total igualdad y equidad”, en palabras del primer director del festival de Cannes.
La invasión de Polonia por las fuerzas de Hitler impidió que el festival se inaugurara en 1939 como estaba planeado, pero se pudo hacer por fin en 1946. Aunque las películas fueron proyectadas sin subtítulos ni aire acondicionado, y a pesar de una serie de percances, nada pudo deslustrar el gran éxito del acontecimiento, ni siquiera la incipiente guerra fría, que se manifestó cuando un grupo prosoviético organizó su gran fiesta frente al lugar en el que se proyectaba una película estadounidense. Con un jurado compuesto por un delegado de cada una de las naciones participantes, todos los países se llevaron al menos uno de los galardones, que incluían once “grandes premios”, diez “grandes premios internacionales” y numerosos premios adicionales. Entre los largometrajes galardonados estaban Días sin huella, de Billy Wilder (Estados Unidos), Roma, ciudad abierta, de Roberto Rossellini (Italia), o María Candelaria, de Emilio Fernández (México). El flirteo de la joven estrella Simone Silva con Robert Mitchum en los años 50 lo imbuyó de un glamour escandaloso, solo superado por las sesiones de fotos de Brigitte Bardot en la playa; acontecimientos que  sumados a la presencia de estrellas como Kirk Douglas, Sophia Loren, Grace Kelly o Cary Grant han hecho de este festival un paraíso para los paparazzi. Sin embargo, fue la introducción del galardón de la Palma de Oro a la mejor película en 1955 lo que convirtió a Cannes en la cita preferida de cineastas y críticos. Así comenzaba la era moderna del cine, la de las mutuas influencias.
La insurrección de Cannes
La vigésima primera edición del Festival de Cannes comenzó el 10 de mayo de 1968 intentando hacer caso omiso a la situación que atravesaba el país. Las huelgas y las revueltas eran cada vez más frecuentes, las manifestaciones de estudiantes asaltaron el festival el día 13 provocando la cancelación de algunas proyecciones. Pese a la rápida progresión de los acontecimientos políticos, la mayoría de los integrantes del festival quisieron seguir como siempre, hasta el 18 de mayo. Ese día, una delegación de cineastas, entre los que se encontraban François Truffaut, Jean-Luc Godard, Claude Lelouch, y Claude Berri, etc. formaron una asamblea en la que proponían sumarse a las movilizaciones. El realizador Truffaut manifestó: “La radio da noticias minuto a minuto,  anuncia que las fábricas están ocupadas, que esto y lo otro lo cierran, que el tren no anda más, ahora paran el metro y los autobuses, Así que si uno anuncia todo el tiempo que el Festival de Cannes continúa es totalmente ridículo”. Finalmente pidieron durante una rueda de prensa suspender el festival como muestra de solidaridad con la lucha de los trabajadores y estudiantes.
Además ese año el evento había sido inaugurado con “Lo que el viento se llevó”, el drama de Victor Fleming en el que la irrupción de la Guerra de Secesión arrolla la vida de una joven heredera de una plantación sureña llena de sueños irreales, algo bastante lejos de las preocupaciones revolucionarias de Francia. En este sentido apuntó Jean-Luc Godard: “No hay una sola película que muestre los problemas obreros o estudiantiles que ocurren actualmente. No hay una sola, ni hecha por Forman, por mi, por Polanksi o por François. No hay ni una, estamos atrasados. Los camaradas estudiantes nos han dado ejemplo, jugándose el tipo hace una semana. No se trata aquí de continuar o de no continuar viendo películas. Se trata  de manifestar con una semana y media de retraso nuestra solidaridad con lo que sucede en Francia, con los movimientos de obreros y estudiantes. Y la única manera de hacerlo es interrumpir todas las proyecciones”
El público apoyó la idea; y Alain Resnais, Richard Lester, Milos Forman o Carlos Saura retiraron sus películas de concurso. Louis Malle renunció a su puesto en el jurado, al que siguieron Mónica Vitti, Roman Polanski, Terence Young… Sin embargo, los organizadores del festival y la mayor parte de los participantes de la industria querían continuar haciendo negocios. Para interrumpir el caos reinante, que estaba empezando a traducirse en algunos enfrentamientos físicos, Robert Favre Le Bret, el entonces director del Festival, intentó comenzar la proyección de un filme. Godard, Truffaut y otros cuantos se colgaron del telón para impedir que lo subieran, mientras Geraldine Chaplin se abría paso golpeando algunas caras en su camino hasta el micrófono para pedir que la película que ella protagonizaba no se proyectase. Al día siguiente, el festival se clausuró de antemano. Las figuras principales de la insurrección de Cannes se marcharon a París, donde se reunieron los Etats généreux del cine, para tratar de reinventar un modelo nuevo de la producción y distribución de películas. En cierto modo, éste sería el punto de inflexión para la generación de la nouvelle vague. Después del declive del movimiento de mayo de 1968, cada uno de sus integrantes emprendió su camino a solas.
La herencia del festival
El festival se ha desarrollado de forma ininterrumpida desde entonces, a lo largo de los años se han sumado eventos como La Semaine de la Critique, o Un Certain Regard que desde 1975 reúne  Les Yeux Fertiles (películas sobre otras artes), L’Air du Temps (películas sobre hechos contemporáneos) y Le Passé Compose (cine dentro del cine). Tal diversificación ha permitido a Cannes celebrar la  historia del séptimo arte a través de sus retrospectivas y dar a conocer a recién llegados de movimientos como la nouvelle vague, así como a las hasta entonces descuidadas tradiciones asiáticas y africanas. En este sentido, es indudable que este  festival ha ayudado a expandir el cine promoviendo películas de arte y ensayo y sobre todo permitiendo que encuentren su público.
Incluso películas estadounidenses independientes como Marty (1955), Easy Rider (1969) o Sexo, mentiras y cintas de vídeo (Sex, Lies and Video Tape, 1989) se han beneficiado del influjo de Cannes. Es cierto que a Hollywood se le ha acusado a menudo de intentar secuestrar el festival estrenando películas taquilleras fuera de concurso e importando estrellas para “hacerse la foto”. Pero los jurados han tendido a conceder premios a piezas quizá menos comerciales, aunque algunas elecciones, como la de Sous le soleil de Satan(1987), de Maurice Pialat, o Fahrenheit 9/11 (2004), de Michael Moore, han suscitado controversia.
En sus casi 70 años de historia el número de periodistas presentes ha pasado de 700 a más de 3.500. Además con la creación de su Marché du Film en 1959, el Festival adquirió una dimensión profesional que explotó para fomentar los encuentros y los intercambios entre los diferentes miembros de la industria cinematográfica. Al principio, el Marché solo atraía a unas cuantas decenas de participantes y sólo disponía de una sala de proyección. Actualmente, 11.000 compradores y vendedores de todo el mundo se reúnen anualmente en Cannes, lo que lo convierte en el primer mercado profesional mundial. Solo el Sundance Film Festival de Estados Unidos se acerca a este volumen de negocios; pero, como Venecia o Berlín, no puede igualar el prestigio del certamen francés ni el modo en que influye a nivel internacional en la agenda cinematográfica  de estrenos. No es de extrañar que, ante semejante éxito, Cannes haya inspirado toda una red de festivales en grandes ciudades y programas específicos para documentales, animación, cortometrajes, películas de género o de vanguardia. El certamen, a pesar de su magnitud y relevancia, sigue manteniendo su firme compromiso de dar a conocer las películas más modestas.

(Publicado originalmente en Transgrediendo.com)

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